¿Sabes cuál es la diferencia entre un Coworking y un Espacio de Negocios?

Coworking, la palabra de moda en el mundo de los negocios.

Ya sea porque tienes curiosidad por el significado de esta palabreja o porque conoces el término y estás buscando tu espacio ideal, la palabra coworking ha alcanzado índices elevadísimos en los motores de búsqueda.

En este post, trataré de definir el significado de esta nueva palabra de moda para, después, establecer las diferencias que existen entre este término y el de «centro de negocios», ya que podemos caer en el error de dar ambos conceptos como sinónimos sin ser eso así.

En primer lugar… ¿qué es el Coworking?

Me imagino que todos sabréis de qué hablamos, pero para los que no, aquí va una definición aproximada del término: un coworking no es más que un espacio equipado con todos los objetos necesarios de una oficina y que es compartido entre diferentes profesionales de diversos sectores de la actividad económica y que trabajan de forma independiente unos de otros. Y pensaréis… pues una oficina de toda la vida, con sus mesas, sus ordenadores, sus teléfonos,… sí. Pero con la diferencia de que en una oficina, todos estos trabajadores forman parte de una misma plantilla y trabajan para una misma causa aunque sea en diferentes ámbitos (marketing, contabilidad, producción, etc). Sin embargo, en un espacio coworking, cada trabajador se dedica a su propio negocio independientemente de estar sentado en la misma mesa que quien sea. Por ello, está siendo la mejor opción y salvación de personas autónomas, freelance, y trabajadores sin oficina física y que no quieren convertir su amado hogar en su estresante oficina.

Os dejo por aquí un breve vídeo que nos muestra de una manera muy visual en qué consiste el Coworking y a qué necesidades da respuesta:

Como millenial empedernida que soy, generación que se caracteriza por cansarse de todo enseguida, me parece una apuesta increíble. Para los que nos encanta ver caras nuevas todos los días, charlar, conocer, aprender, crecer y no aburrirnos nunca jamás, es la opción más atractiva del mundo.

Además, date cuenta de la cantidad de contactos que se pueden hacer a diario. Estás en constante relación con profesionales que se dedican a infinidad de diferentes trabajos; psicología, derecho, informática, marketing, asesoría, etc. Yo desde mi experiencia os confirmo, que si algún día necesito un abogado, sé perfectamente a quién voy a acudir. Tras tres meses en Inspira Atocha CN, he entablado amistad con multitud de personas, desde jóvenes principiantes con miles de ganas, hasta veteranos experimentados y asentados, y me encanta que me hablen de sus trabajos, conocer a sus clientes, su forma de trabajar,… Además de acercarte a gente increíble y aprender de todo un poquito todos los días (algo que me parece sumamente enriquecedor y de lo que me siento muy afortunada de tener), te brinda la oportunidad de establecer lazos profesionales con personas que conoces y de tu confianza, con las que convives diariamente en tu espacio coworking.

“Vale, pero yo soy informático. Me dedico única y exclusivamente a la informática. Fin”. Bueno, ¿y sí en algún momento, por cualquier razón inesperada, recibes una denuncia por quebrantar la ley de protección de datos y necesitas asesoramiento judicial? O simplemente, en tu vida personal necesitas de los servicios de un buen abogado. Pues ahí estará tu ya amigo David, abogado y asesor jurídico de tu confianza, para ayudarte. O imagina que te dedicas a la publicidad en el ámbito digital y resulta que en tu coworking acude cada día un diseñador gráfico increíble que diseña webs a diario y con el que además te llevas genial. A parte de comodísimo, me parece la opción más tranquilizadora y satisfactoria de hacer negocios, básicamente por la confianza que se asienta entre dos amigos. Y, si le damos la vuelta, pasa absolutamente igual. Resulta que mi compañera Cristina, contable y administrativa, está desesperada por redactar un informe analítico de su empresa y obligatoriamente debe redactarlo en español e inglés. ¡Qué casualidad! Tú eres licenciada en traducción, y viviste cinco años en Londres. Aquí huele a negocio.

Vale, me ha quedado claro, pero entonces… ¿en qué se diferencia un Coworking de un Centro de Negocios?

Bueno, pues así va el coworking. Sin embargo, un espacio coworking está relacionado con un centro de negocios, pero no son conceptos idénticos. Me explico destacando un pequeño detalle que me parece sumamente trascendental: la intimidad.

Está genial eso de trabajar rodeado de gente con tareas súper interesantes, enriqueciéndote cada día del conocimiento de tus compañeros y entablando amistades a montones. Sí. Pero… ¿no echas de menos un poquito de espacio personal? No sé, tu propio despacho, tu propia mesa,… O por ejemplo, en el caso de que tu trabajo te exija reunirte muy frecuentemente con clientes, pacientes, etc. Es ideal disponer de un espacio íntimo que te permita recibir a estas personas, un lugar adecuado para cerrar acuerdos, negociar acciones, atender a tus pacientes en el caso de los psicólogos, nutricionistas etc. o dar clases a tus alumnos, en el caso de dedicarte a la enseñanza.

Pues esto es básicamente lo que un centro de negocios te ofrece: tu propio espacio, tu propia oficina o despacho en el cual concentrarte, con cero ruido y todo lo necesario para realizar tu trabajo a la perfección. ¿Que te apetece un break? Pues también puedes contar con un espacio en común de coworking, donde relajarte, charlar con compañeros, tomarte un estimulante café, o incluso continuar trabajando en el caso de que necesites despejarte un poco del ambiente cerrado de la ofi. Todo en uno, vamos.

En Inspira Workspaces esto fue lo que hicimos. Convertimos nuestra recepción en un espacio común, atractivo, cómodo, que pudiera ofrecer a nuestros clientes esa atmósfera de desconexión y relajación que se merecen para hacer mucho más llevaderas sus jornadas laborales. Además, disponemos de salas dedicadas a la realización de reuniones de cualquier ámbito. Más grandes, si tu reunión albergará a un gran número de personas; más pequeñas, si buscas un ambiente más íntimo o serio.

 

¿Cuáles son las ventajas que te ofrece un Centro de Negocios?

En conclusión, que lo que un centro de negocios te ofrece es el combo completo:

¿Necesidad de Intimidad y Concentración? Tu propio despacho. CHECK.

¿Necesidad de relajarte y sociabilizar? Tu espacio coworking. CHECK.

¿Necesidad de organizar una reunión? Salas con gran capacidad, mesas, asientos, proyectores, pantallas y todo lo necesario a tu entera disposición. CHECK.

Además con el factor añadido de tener tu propia secretaría. Desde recepción, puedes contar con un equipo que recibe tus visitas, acompaña a tus asistentes, te facilita absolutamente todo lo que requieras en tu día a día y que, con mucho gusto, te ayudará con cualquier asunto que les plantees.

Completito ¿no? Pues, piénsalo. Si eres una de esas personas que requieren de concentración, pero odian la soledad, que adoran relacionarse con otras personas, los negocios, el intercambio de ideas, el enriquecimiento y el crecimiento personal, éste es tu sitio. Así que, bueno, ¿por qué no? Anímate y prueba. Estaremos encantados de recibirte y mostrarte todo esto que te acabo de contar para que puedas comprobarlo por ti mismo.


¿Cómo encontrar la motivación en tu cuesta de enero? Nuestro Workspace te aconseja

¿Cómo habéis llevado la cuesta de enero?

En este post, trataremos de hacer una especia de sesión psicológica con el objetivo de aportaros unas técnicas y ejercicios que os ayuden a volver con más fuerza al trabajo después de estos increíbles días de vacaciones. Parece que no, pero el establecer unas pautas de actuación, aunque nuestro ánimo no sea el mejor de los tiempos, ayuda a nuestra mente a sentirse más relajada.

Para empezar, os dejaré un vídeo, creado por la agencia privada de noticias española Europa Press, para que quede claro cuál es el concepto del «Síndrome Postvacacional» y cuáles son sus principales síntomas. Además, también nos da una serie de tips que pueden resultar muy prácticos para tratar de combatir este trastorno:

Es increíble el paso del tiempo, pero, otro año más, ya está aquí la Navidad llamando a nuestra puerta. “Parece mentira que ya haya pasado un año entero”, es algo que nos planteamos la mayoría de nosotros cuando llegan estas fechas. Pero, qué bien poder desconectar de tu rutina, deberes y trabajo. Tanto si tienes el privilegio de coger días de vacaciones como si únicamente libras los días festivos, la Navidad supone una ruptura, un momento de descanso, unos días en los que volver a casa y empaparte del amor y cariño de los tuyos, que seguro que hace más tiempo del que crees que no ves.

Pero, como dice el dicho, que rápido se pasa lo bueno. Para cuando quieres darte cuenta ya es 6 de enero. Y piensas… Mañana tengo que ir a trabajar. A trabajar. BAJÓN. Con lo bien que has estado en casa de tus padres, rodeado de primos, sobrinos, tíos y abuelos. Con lo tranquilo que comiste el día de Navidad, sin pensar en nada más que en disfrutar. Con lo bien que te lo pasaste de fiesta el día de las campanadas, recibiendo el nuevo año como se merece, con lo que disfrutaste el día de la cabalgata de los reyes magos viendo la ilusión reflejada en la mirada de cada niño. Pero ya terminó. Hora de mentalizarse de que mañana tenemos que volver a la oficina Y es aquí donde se podría decir que comienza nuestro bajón post-vacacional navideño.

Si de forma normal nos cuesta levantarnos cada mañana para afrontar nuestras tareas diarias, imagina tras la vuelta de las vacaciones. Este post está dirigido a todos aquellos que necesitarán un pequeño empujón tras el fin de la Navidad. A continuación, os dejo una serie de consejos que os ayudarán mucho a empezar con energía y motivación y que además podréis aplicar al resto de días del año.

Hay días que, independientemente de volver o no de unas vacaciones, nos levantamos perezosos, desanimados, sin energía. Nos movemos torpemente hasta el baño, nos damos una ducha rapidísima que no consigue espabilarnos, nos paramos frente al armario con la mirada perdida sin saber qué modelo elegir para ir hoy a la oficina. Finalmente escogemos algo aleatorio que no termina de convencernos, pero no hay tiempo. Nos preparamos un café y lo bebemos distraídamente mientras escuchamos de fondo la voz del telediario matutino anunciando los acontecimientos del día. Nos ponemos el abrigo y salimos de casa justos de tiempo, camino del metro que nos lleva cada día al trabajo, enlatados en un vagón repleto de viajantes ensimismados en las pantallas de sus móviles. Llegamos a nuestro asiento en la oficina, y mientras se enciende el ordenador, echamos un vistazo a nuestras redes sociales, vistazo que siempre acaba alargándose más de lo esperado, haciéndonos perder más el tiempo y por lo tanto, haciendo más difícil alcanzar la concentración necesaria para llevar a cabo tus tareas laborales.

Numerosos estudios psicológicos afirman que nuestra capacidad de concentración alcanza su punto máximo por la mañana. Es decir, si conseguimos establecer una rutina matutina involucrada en aprovechar al máximo esta capacidad, conseguiremos comenzar el día más motivados y nos acostaremos con la certera sensación de haber incrementado nuestra productividad.

Un factor esencial para llevar a cabo una jornada productiva es tu motivación. Si tu día no comienza bien, lo más probable es que tu motivación descienda. Si tu motivación desciende, tu productividad se verá afectada negativamente. Y si sientes que tu día no ha sido nada productivo, afectará a tu autoestima y con ella a tu motivación. Y así se abre el círculo vicioso.

Pero tranquilo, todo tiene una solución. Y en este caso la solución será establecer una buena rutina mañanera enfocada en aprovechar al máximo estas horas tan claves. Está claro que cada persona es diferente, lo que implica una dificultad en la creación de una única rutina afín a todo el mundo. Sin embargo, existen sencillas acciones que te ayudarán a reforzar tu motivación y con ello, conseguir que tus días sean más productivos.

Consejo #1. Escoge una acción y repítela cada día.

Fácil y sencillo, empezar el día siempre de la misma manera te ayudará a comenzar a definir una rutina diaria, con el objetivo de aprender a dirigir todo tu esfuerzo en las tareas más importantes, dejando de perder el tiempo en cosas banales. No tiene por qué ser una acción complicada. Yo en mi caso, cada mañana al despertarme me siento en la cama y respiro profundamente cuatro veces. Tras ello, bebo un vaso de agua que dejo el día anterior en mi mesilla de noche. Y a funcionar. Me suelo levantar con bastante tiempo de antelación, ya que me gusta darme una ducha tranquilamente y tomarme mi tiempo saboreando mi café con tostadas de mantequilla de cada mañana. Lo importante es centrarte en la realización de cada acción. Si estás desayunando, evita distraerte desbloqueando el móvil y poniéndote a curiosear por las redes sociales. Es increíble el tiempo que perdemos al día por culpa de esto. Está bien distraerse un poco, pero siempre en forma de descanso, tras haber realizado alguna tarea importante.

Si tienes que viajar en transporte público, utiliza ese viaje para distraerte con el móvil, ya que ese momento no requiere de tu máxima concentración.

Consejo #2. El listado.

Llega el momento de sentarte frente a la pantalla de tu ordenador. Mientras se enciende y actualiza, coge un papel y un boli y haz un listado de las tareas que tienes que llevar a cabo en el día. Tras ello, ordénalas según el nivel de implicación y concentración que requieren, de forma que coloques en primer lugar la labor más costosa. Silencia tu teléfono y trata de aprovechar la primera hora de trabajo al máximo, centrándote únicamente en la tarea seleccionada.

Cuando finalices dicha labor, sentirás la satisfacción de haber conseguido tu propósito y con buenos resultados. Dicha satisfacción hará que tu motivación no disminuya, por el contrario, conseguirás que tus niveles de energía aumenten. El objetivo es que tras finalizar tu primera labor te sientas tan motivado que quieras continuar con la siguiente tarea de tu listado.

A medida que pasan las horas, nuestros niveles de energía y concentración van descendiendo debido al desgaste mental consecuente del trabajo. Por ello es tan recomendable llevar a cabo las tareas más costosas en las primeras horas de la mañana, que es cuando nuestra capacidad de concentración es más elevada. En cuanto notes que comienza a costarte mantener la atención en lo que estás haciendo, para. Descansa, levántate de tu silla y acércate a la máquina de café. Charla con tu compi sobre qué tal sus días de Navidad y sobre qué planes hay para ese finde. Disfruta de tu café, abre Facebook y echa un vistazo a la foto que acaba de publicar tu viejo amigo. Tras ello, más despejado, vuelve a tu escritorio, guarda el móvil en el cajón y vuelve a observar el listado de tus tareas que has escrito a primera hora.

Ya te has quitado las labores más complicadas, por lo que puedes comenzar con esas tareas que tienes que realizar pero que no necesitan de una concentración excesiva. Además, podrás llevarlas a cabo mucho más calmado, con la conciencia satisfecha por haber aprovechado al máximo tus momentos más fructíferos.

Consejo #3. Para los que llevan mal el madrugar.

Es en este punto cuando se plantea la siguiente situación… ¿y qué pasa si eres de esas personas que están muy dormidas por la mañana y les cuesta horas ponerse a funcionar a pleno rendimiento?

Bueno, pues hagámoslo al revés. Papel y boli, y lista de tareas. Pero en este caso, ordena tus labores de menor a mayor concentración requerida. Comienza por pequeñas tareas y ve tachando. Porque… qué placer da eso de tachar las cosas anotadas en un listado. Esta satisfacción hará que tu motivación se venga arriba y seas mucho más productivo. Cuando ya sientas que tu concentración comienza a funcionar a tope, ponte con la tarea más costosa.

Date cuenta que cuando la termines, habrás conseguido tu objetivo. Te has quitado la tarea más importante y en tu lista aparecen tachadas la mayoría de las pequeñas tareas que tenías que realizar hoy sí o sí. ¡Enhorabuena! Porque es un avance enorme hacia tus objetivos.

Consejo #4. Orden y más orden.

Este es un consejo adicional y personal que me gustaría compartir. No hay NADA como una oficina ordenada. De verdad. No sé si seréis de los míos, pero si hay algo que me causa una tremenda ansiedad y que no permite a mi cerebro ni un ápice de concentración es un escritorio abarrotado de papeles con garabatos, carpetas a rebosar de fichas, bolígrafos por todas partes (de los que el 90% no pintan), veinte post-it rodeando el marco entero del ordenador, grapadoras (sin grapas), y ¿qué hacen aquí estas llaves? Es superior a mí. Bueno, pues sé que cuesta ponerse a ordenar (sobre todo cuando toca ordenar armarios, salón, y en general la casa entera), pero está demostrado que el orden transmite una sensación de simetría a nuestro cerebro provocando paz y tranquilidad en nuestra mente, lo que hace que nuestra capacidad de concentración aumente increíblemente y seamos mucho más productivos. Un despacho desordenado y hasta los topes de objetos no hace más que bombardearnos de estímulos y distracciones, impidiéndonos centrarnos en nada en particular.

En nuestro Workspace, ésto lo llevamos a rajatabla. Nos importa muchísimo que nuestros clientes logren encontrarse a gusto en sus reuniones o en sus despachos privados y consigan sacar el máximo rendimiento siempre. Los colores también son un factor importantísimo a la hora de crear un ambiente propicio para la concentración, el negocio o el aprendizaje, pero mejor, de eso ya hablaremos en otro post, que si no este post puede acabar siendo interminable.

Como veis, es una cuestión de focalizar el esfuerzo en la realización de una sola tarea. Desde el momento en el que despiertas, trata de llevar a cabo tus quehaceres de forma ordenada y siempre centrado en lo que estás haciendo en ese momento. Evitar distracciones como el móvil, el correo y las redes sociales. Déjalas para tus momentos de descanso. Te animo a que lo pruebes, a que establezcas unas pautas rutinarias para cada día que acaben convirtiéndose en pequeños rituales. Te aseguro que te sentirás muchísimo más motivado, lo que afectará positivamente a tu felicidad y tranquilidad, además de incrementar enormemente tu productividad en cada ámbito de tu vida. Y, por último, no te olvides, escritorio y despacho despejado para conseguir el 100% de la concentración. ¡ÁNIMO!


¿Qué ventajas aportan los viajes de incentivos? Crea valor fuera de tu workspace.

¡Viajar y encima como premio!

Los viajes de incentivo. De este tema trata el post de hoy. De cómo las empresas premian a sus empleados a través de estas experiencias, estas remuneraciones no económicas pero con alto poder motivacional y de unión entre empleado-empleado y empleado-empleador. Veremos cuáles son los beneficios que provocan tanto en los trabajadores (motivación, sentimiento de pertenencia, compromiso con la empresa) como en el empresario (aumento del resultado económico, mejor ambiente de trabajo, empleados más felices). ¡Vamos con ello!

¿A quién no le gusta viajar?

Y ya no hablo de viajar a países exóticos, destinos tropicales o misteriosos ecosistemas… Viajar en el sentido… ¡necesitaba salir de mi rutina!  Cuatro días en la playa, dos días en una casa rural perdida en las montañas, o  ¿por qué no? Me voy con mi mochila diez días a Tailandia. Hay infinitos tipos de viajes, para todos los gustos y bolsillos y durante los 365 días que tiene el año. Pero lo que es común a todos ellos es lo que buscamos al realizarlos; vivir, experimentar cosas nuevas, sentir el mundo a tus pies, dejar la mente en blanco, desprenderse de las preocupaciones de la vida diaria y simplemente sentir la vida latir en cada poro de tu piel. Absorber la cultura de diferentes personas y lugares, saborear la gastronomía única de cada lugar, dejarte envolver por la maravillosa atmósfera creada de lo que nos resulta desconocido pero por ello doblemente atractivo y apasionante. En pocas palabras; enriquecer tu alma y sanar tu mente.

Bueno, ¿y si te digo que todo esto te lo ofrecen en forma de recompensa por tu visible esfuerzo como trabajador de tu empresa? ¿No te resulta doblemente satisfactorio? Vas a poder vivir una experiencia que recordarás el resto de tu vida y además vas a sentir ese increíble sentimiento de orgullo y satisfacción que supone que reconozcan tu valor como trabajador y como persona.

En Inspira Wokspaces sabemos cómo es el ritmo de trabajo de muchas personas de negocios. El día a día se vive con mucha intensidad. Lo vemos en cada una de nuestras salas, cada vez que se organizan importantes reuniones corporativas o formaciones empresariales, o en cada despacho, viendo como sale y entra una inmensa cantidad de personas nerviosas por la entrevista de trabajo a la que se enfrentan. O, relajándote en el espacio coworking, a medida que pasan los días, las conversaciones entre los coworkers suelen estar relacionadas con lo pesada que se está haciendo la semana y las ganas de fin de semana que tienen en el cuerpo. Es completamente lógico y necesario el darle al botón de OFF por unos días y disfrutar de uno mismo y de todo lo bueno que este mundo nos ofrece. Por ello, un viaje es la opción ideal para ello y, si encima, sirve para hacer que tus empleados se unan más entre ellos y con tu empresa, resulta perfecto.

El comienzo de los viajes de incentivos.

Los viajes de incentivos como tal, comenzaron teniendo un único objetivo; el premiar a los trabajadores de una plantilla empresarial tras los buenos resultados obtenidos en el año laboral. Llamémosle “recompensa” por un buen rendimiento que ha desembocado en un ascendente crecimiento económico del negocio.

Sin embargo, en la actualidad vemos como esto está cambiando.  El principal objetivo de las empresas al premiar a sus trabajadores con un viaje de incentivo sigue siendo el concepto comentado de “recompensa”, de “agradecimiento”. Pero a este objetivo se le han ido uniendo otros nuevos, como utilizar estos viajes como una potente herramienta de motivación hacia sus empleados. Pero bueno, esta fórmula tampoco es algo nuevo. Qué padre o madre no le ha dicho a su hijo; “si haces bien los deberes y apruebas el examen del jueves, el sábado iremos al cine”. Pues esto es básicamente lo mismo, sólo que las consecuencias de motivar a un trabajador a bordar su trabajo pueden significar un enorme incremento de la productividad y rendimiento laboral que lleve al empresario a obtener excelentes y crecientes resultados económicos.

En este vídeo, Miguel Velasco, gerente general de la agencia de viajes Coltur, nos explica cómo un viaje de incentivo puede motivar enormemente a los trabajadores al ver recompensado su trabajo, creando un recuerdo mucho más perdurable en la memoria. El factor de la motivación de tu plantilla de trabajo es la fuerza de venta más importante para el negocio, por lo que invertir en este tipo de viajes es completamente rentable para la empresa:

 

Beneficios para la totalidad de la empresa.

Cuando un trabajador sabe que el premio por realizar bien su trabajo va a ser viajar, se motiva y aumenta su esfuerzo al máximo para conseguirlo. Y ¿a qué conlleva esto? A una mejora global del rendimiento y productividad empresarial en su conjunto.

Otro beneficio que consiguen las empresas al premiar a sus trabajadores con viajes de incentivo, y que a mí personalmente me parece una increíble estrategia de marketing, es la potente mejoría en su imagen de marca desde el punto de vista de los clientes y de la sociedad en general.

Recuerdo que tuve un amigo que trabajó durante unos años en la tienda oficial de Apple. Yo alucinaba cuando me comentaba que la cesta de Navidad que le regalaban cada año no contenía jamón, vino ni otros productos de la gastronomía. Su cesta estaba llena de productos Apple, como Iphones, Tablets, auriculares, ordenadores, etc. Recuerdo pensar… madre mía, yo quiero trabajar en Apple.

A eso me refiero con mejorar tu imagen empresarial ante la sociedad. Transmites la idea de premiar a tus empleados con fantásticas recompensas, lo que hace pensar que tu empresa va bien, que te implicas con tus empleados, que los mimas y te preocupas por su bienestar, fidelidad y felicidad. Vamos, que a cualquier persona le encantaría poder trabajar en tu empresa.

Fortalecimiento de las relaciones personales. Un mejor ambiente de trabajo.

Además de todos estos beneficios que comentamos a nivel externo y a nivel motivacional del trabajador que conlleve a una mejora del rendimiento a nivel interno, está el factor del fomento de las relaciones entre el personal. La realización de un viaje junto a otras personas suele estrechar lazos entre los participantes, ya que se realizan muchas actividades en conjunto. Podríamos llamarlas actividades de “team building”, con las que conseguimos que nuestros trabajadores potencien sus habilidades de trabajo en equipo y que sus relaciones entre compañeros mejoren notablemente.

¿Cómo organizo mi viaje de incentivo?

Todo esto puede empezar por citar a los empleados de tu workspace a una reunión para comunicarles tu idea de realizar un viaje juntos. Sentados todos a la mesa, podéis comenzar a establecer las pautas del viaje: en qué hoteles podéis alojaros, qué restaurantes tienen mejores recomendaciones, qué visitas son absolutamente imprescindibles y, ¿por qué no,  dónde está esa famosa zona de bares de copas para ir el sábado noche a divertirse un rato?

En verdad, el tener un equipo de trabajadores felices y que se aprecian entre sí, significa una sinergia enorme para la empresa, ya que esto implicará fidelidad del trabajador hacia el negocio, ya que se encuentra a gusto dentro de la empresa, tiene lazos de amistad con sus compañeros y además motivación para llevar a cabo lo mejor posible su trabajo.

En resumen, un viaje de incentivo no es un gasto que computar y contabilizar en la cuenta del negocio, sino más bien una inversión que aportará unos beneficios que, primeramente, no serán económicos, pero que a largo plazo, se traducirán en increíbles mejoras de los resultados empresariales, como consecuencia de la motivación creada, la facilitación de entablar lazos entre los trabajadores que fidelicen su estancia en nuestra empresa y por la mejora en la imagen corporativa del negocio en sociedad.